sábado, 8 de enero de 2011

El verdadero éxito


Tener verdadero éxito en la vida es: reír mucho y muchas veces; ganar el respeto de personas inteligentes; gozar del cariño de niños; ganar el reconocimiento de personas cualificadas y saber soportar la traición de falsos amigos; apreciar la belleza; buscar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poquito mejor de como lo encontraste - con un hijo sano, un jardín bonito o una persona más feliz; saber que al menos alguien ha vivido mejor gracias a ti.

La zona cómoda. "Sólo empujando a nuestra vaquita podremos mejorar"


Un maestro samurai paseaba por un bosque con su fiel discípulo, cuando vió a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve visita al lugar.


Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la importancia de realizar visitas, conocer personas y las oportunidades de aprendizaje que obtenemos de estas experiencias.

Llegando al lugar constató la pobreza del sitio, los habitantes: una pareja y tres hijos, la casa de madera, vestidos con ropas sucias y rasgadas, sin calzado.

Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia y le preguntó:

"En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de comercio tampoco, ¿cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí?"

El señor calmadamente respondió: "amigo mío, nosotros tenemos una vaquita que nos da varios litros de leche todos los días. Una parte del producto la vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo y así es como vamos sobreviviendo."

El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego se despidió y se fue. En el medio del camino, volteó hacia su fiel discípulo y le ordenó:

"Busque la vaquita, llévela al precipicio de allí enfrente y empújela al barranco."

El joven espantado vió al maestro y le cuestionó sobre el hecho de que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Mas como percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que empujó la vaquita por el precipicio y la vió morir.

Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel jóven durante algunos años.

Un bello día el joven agobiado por la culpa resolvió abandonar todo lo que había aprendido y regresar a aquel lugar y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.

Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con árboles floridos, todo habitado, con carro en el garaje de tremenda casa y algunos niños jugando en el jardín.

El joven se sintió triste y desesperado imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender el terreno para sobrevivir, aceleró el paso y llegando allá, fue recibido por un señor muy simpático. El jóven preguntó por la familia que vivía allí hacia unos cuatro años, el señor respondió que seguían viviendo allí. Espantado el jóven entró corriendo a la casa y confirmó que era la misma familia que visitó hacía algunos años con el maestro.

Elogió el lugar y le preguntó al señor (el dueño de la vaquita) : "¿Cómo hizo para mejorar este lugar y cambiar de vida?"

El señor entusiasmado le respondió:"Nosotros teníamos una vaquita que cayó por el precipicio y murió, de ahí en adelante nos vimos en la necesidad de hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que teníamos, así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.


La moraleja samurai nos dice:


"Todos nosotros tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra sobrevivencia, la cual convive con la rutina y nos hace dependientes de ella, y nuestro mundo se reduce a lo que la vaquita nos brinda".

Tú sabes cuál es tu vaquita, no dudes un segundo para empujarla por el precipicio. LLegó el momento de pasar a la acción y salir de la rutina cuanto antes!

Todo está en el estado mental...


"En el camino de Santiago, en las paredes y pizarras de los albergues, hay escritas anécdotas y proverbios, versos, vivencias, relatos milagreros, historias y costumbres paganas y cristianas, todas se mezclan entre ellas junto a gran cantidad de rituales.

Y en todo ello he querido ser espectador, observador y pensar en muchas cosas que vas viendo. Porqué, verdadero o no, todo forma parte de la historia del camino, todo es camino, el de la vida y el de Santiago.


En el albergue de Astorga (León) hay este proverbio anónimo"

Si piensas que estas cansado, lo estás.

Si piensas que no te atreves, no lo harás.

Si piensas que te gustaría ganar,

pero no puedes, no lo ganarás.

Si piensas que perderás, ya has perdido.

Porqué en la vida encontrarás

que el éxito comienza por la voluntad.

Todo está en el estado mental.

Porqué muchas carreras se han perdido

antes de haberse corrido.

Y muchos han fracasado

antes de haber su trabajo empezado.


Piensa en grande y tus hechos crecerán,

piensa en pequeño y te quedarás atrás,

piensa que puedes y podrás.

Todo está en el estado mental.


Si piensas que estás aventajado lo estás

piensa bien para elevarte,

tienes que estar seguro de ti mismo,

antes de intentar ganar.


La batalla de la vida no siempre la gana

el hombre más fuerte o el más ligero.

Porqué tarde o temprano el hombre que gana

es aquel que cree poderlo hacer.

Todo está en el estado mental.

¡Os deseo lo suficiente!


Hace poco tiempo cuando estaba en el aeropuerto escuché por casualidad a una madre e hija que se estaban despidiendo. Cuando anunciaron la partida del vuelo ellas se abrazaron y la madre dijo: "Te amo y te deseo lo suficiente".

La hija respondió: "Madre, nuestra vida juntas ha sido más que suficiente. Tu amor es todo lo que he necesitado. También te deseo lo suficiente". Ellas se saludaron con un beso y la hija partió.

La madre pasó muy cerca de donde yo estaba sentada y noté que ella necesitaba llorar. Traté de no observarla para no invadir su privacidad pero ella se dirigió hacia mí y me preguntó: "¿Alguna vez se ha despedido de alguien sabiendo que era para siempre?".

Sí, lo he hecho - respondí. - Perdón por preguntar - contesté -, pero ¿por qué esta despedida es para siempre?

Yo soy una mujer vieja, y ella vive muy lejos de aquí. La realidad es que su próximo viaje será para mi funeral.

Cuando se despidió de ella escuché que le dijo "te deseo lo suficiente". ¿A qué se refiere?

Comenzó a sonreír. Eso es un deseo que hemos transmitido de generación en generación. Mis padres solían decirlo. Ella hizo una pausa y miró hacia arriba como si tratara de recordarlo en detalle, luego sonrió aún más. - Cuando decimos "Te deseo lo suficiente", es que deseamos que la otra persona tenga una vida llena de SÓLO lo suficientemente bueno para vivir.

-Entonces, dirigiéndose hacia mí, ella compartió lo siguiente como si lo estuviera recitando de memoria:

" Te deseo que tengas suficiente sol para mantener tu espíritu brillante

* “Te deseo suficiente lluvia para que aprecies aún más el sol

* Te deseo suficiente felicidad para que tu alma esté viva

" Te deseo suficiente dolor para que las pequeñas alegrías de la vida parezcan más grandes

* Te deseo que tengas suficientes ganancias que satisfagan tus necesidade

* Te deseo suficientes pérdidas para que aprecies todo lo que posees

* Te deseo suficientes bienvenidas para que logres soportar las despedidas.

Luego ella comenzó a llorar y se alejó

Abrazos!

El propósito de un perro? (por un niño de 6 años).


Siendo yo médico veterinario, fui llamado para examinar a un Sabueso Irlandes de 10 años de edad llamado Belker. Los dueños del perro, Ron, su esposa Lisa y su pequeño Shane, estaban muy apegados a Belker, y esperaban un milagro.

Examiné a Belker y descubrí que se estaba muriendo de cáncer. Dije a su familia que no podíamos hacer más nada por Belker y me ofrecí para llevar cabo el procedimiento de eutanasia en su casa.

Hicimos los arreglos necesarios, Ron y Lisa dijeron que sería buena idea que el niño de 6 años observara el suceso. Ellos sintieron que Shane podría aprender algo de esa dolorosa experiencia.

Aa siguiente, sentí la familiar sensación en mi garganta cuando Belker fue rodeado por la familia. Shane se veía tranquilo, acariciaba al perro por última vez, y yo me preguntaba si él comprendía lo que estaba pasando. En unos cuantos minutos Belker se quedó dormido pacíficamente para ya no despertar. El pequeño niño pareció aceptar la transición de Belker sin ninguna dificultad o confusión.

Nos sentamos todos por un momento preguntándonos el porqué del lamentable hecho de que la vida de las mascotas sea más corta que la de los humanos.

Shane, que había estado escuchando atentamente, dijo: ''Yo sé porqué.''

Sorprendidos, todos volteamos a mirarlo. Lo que dijo a continuación fue lo más maravilloso que había escuchado en mi vida, no me esperaba una explicación más reconfortante que ésta. En ese momento, cambió mi forma de ver la vida.''La gente viene al mundo para aprender cómo vivir una buena vida, cómo amar a los demás todo el tiempo y ser buenas personas, ¿verdad?''El niño de 6 años continuó: 'Bueno, como los perros ya saben como hacer todo eso , no tienen que quedarse tanto tiempo como nosotros.'

POR ESO, QUERIDOS AMIGOS

- Vive sencillamente

-Ama generosamente

- Quiere profundamente

- Habla amablemente

Recuerda, si un perro fuera tu maestro, aprenderías cosas como- Cuando tus seres queridos llegan a casa, siempre corre a saludarlos.

- Nunca dejes pasar una oportunidad para ir a pasear.

- Deja que la experiencia del aire fresco y del viento en tu cara sea un éxtasis

- Duerme la siesta

- Estírate antes de levantarte

- Corre, salta y juega todos los días.

- Mejora tu atención y deja que la gente te toque y acaricie.

- Evita morder, un simple gruñido sería suficiente.

- En días de sol, acuéstate de espaldas en el pasto.

- Cuando haga mucho calor, toma mucha agua y recuéstate a la sombra de un árbol.

- Cuando estés feliz, baila y mueve todo tu cuerpo.

- Deléitate en la alegría simple de una larga caminata.

- Sé leal.

- Nunca pretendas ser algo que no eres.

- Si lo que quieres está enterrado, escarba hasta que lo encuentres.

- Cuando alguien tenga un mal día, quédate en silencio, siéntate cerca y suavemente hazle sentir que estas ahí..

DISFRUTA CADA MOMENTO DE CADA DÍA!

Así contestó, a los 84 años, Kirk Douglas el cuestionario que conforma la excelente sección de la revista Esquire titulada:


“LO QUE SE”

Mis hijos no tuvieron las ventajas que tuve yo en mi infancia: cuando uno viene de la pobreza más abyecta, no hay otra dirección adonde ir que no sea hacia arriba.

Sé que el amor es más hondo a medida que uno se hace más viejo.

Sé que todo el mundo tiene ego.

Sé que, por más que a los judíos nos enseñen a leer en hebreo, no entendemos un carajo de lo que estamos leyendo. Cuanto más estudio la Torá menos religioso me vuelvo, y más espiritual quizá. En el último Yom Kippur opté por la traducción al inglés y descubrí que Dios no necesita que le cantemos alabanzas sino que seamos mejores como personas.

Sé que cada hijo es diferente y que hay que darles soga, siempre: no aconsejarlos mucho y dejarlos cometer sus propios errores. Es como el pase inglés: uno tira los dados y espera a ver qué pasa.

Sé que, a veces, lo que te compromete te libera. Yo no quería ser actor de cine. Mi vida era el teatro y la primera vez que me llamaron de Hollywood rechacé el ofrecimiento. Pero entonces nació Michael y hacía falta más dinero, y me vine para acá.

Sé que todo buen aprendizaje termina sólo cuando estás bien muerto.

Sé que, si un hombre me diera a entender que nunca cometió un pecado en su vida, no me interesaría en lo más mínimo hablar con él.

Sé que los musulmanes siguen a Mahoma; los cristianos a Jesús, y los judíos, a Moisés, pero es el mismo Dios, en mi opinión.

Sé que hacer películas es una forma un poco cara de narcisismo.

Sé que los hijos necesitan la misma cercanía física con el padre como con la madre. Cuando beso a mis hijos en la boca, alguna gente me mira raro, pero no me importa porque sé que no es una debilidad.

Sé que Atrapado sin Salida fue una gran decepción en mi vida. Compré los derechos para cine, pero nadie quería hacer una película con eso. Entonces pagué para hacerlo en Broadway, pero tampoco. Había una línea en especial en el libro que me parecía inigualable: cuando McMurphy trata de arrancar el lavatorio de la pared delante de los demás internos y no puede. Y todos lo están mirando y él gira hacia ellos y les grita: ‘¡Por lo menos traté!’. Hay días en que pienso que ése debería ser mi epitafio.

Sé que por algo es que la política se ha vuelto una mala palabra.

Sé que hay cosas en la vida que uno nunca logra hacer como Dios manda. Jugar al golf, por ejemplo.

He sobrevivido a la caída de un helicóptero, con cirugía vertebral incluida, a un infarto que casi me lleva al suicidio, tengo un marcapasos y problemas en el habla. ¿Y qué? Siempre me digo: la edad está en la cabeza. Es el único antídoto que permite seguir funcionando.

Sé que millones de personas murieron por motivos religiosos: algo anda mal ahí, ¿no?

Sé que esto puede pasar: uno se muere, lo llevan frente al barbudo sentado en el trono, uno pregunta si eso es el cielo y el barbudo responde: "¿El cielo ? De ahí acaba de venir, caballero".

Sé que la única gente que puede destruir Israel son los judíos, porque su obstinación alimenta la división. Como decía aquel chiste en que se encuentran el presidente de los Estados Unidos y el de Israel y éste le dice: ‘Sé que ha de ser difícil ser presidente de 250 millones de personas, pero ¿sabe lo que es ser presidente de cinco millones de presidentes?’

Todo el mundo se la pasa hablando de los viejos tiempos: que las películas eran mejores, que los actores eran superiores, que la gente era más solidaria. Lo único que yo sé de los viejos tiempos es que ya pasaron.

Sé que pensar un poco en los demás es una manera de distraerse de uno mismo. Creo que recién ahora empiezo a saber quién soy. Como si mis virtudes y mis defectos hubiesen estado hirviendo en una olla todos estos años y con el hervor se hubieran ido evaporando y convirtiéndose en humo, y lo que queda en el fondo de la olla es mi esencia, y se parece inquietantemente a aquello con lo que empecé al principio.

Del Bloc de Luis Bassat...


No digo que ahora se tenga que hacer lo mismo, pero permítanme contarles una historia. Se dice de un famoso bar de carretera que rebosaba de éxito. El dueño decidió enviar a su hijo a estudiar a Estados Unidos. Cuando el chico volvió, avisó a su padre de que en la universidad le habían dicho que debían prepararse para la crisis. El joven recomendó a su padre sustituir el buenísimo jamón de jabugo que ponían en los bocadillos de la mañana, por un jamón del país para abaratar costos. Unos días después empezaron a mezclar el café con achicoria. Al cabo de una semana decidieron apagar el letrero luminoso que se veía perfectamente bien desde la carretera, para ahorrar energía eléctrica. Poco a poco la concurrencia fue reduciéndose, hasta que un día nadie entró en el bar. Entonces el padre le dijo al hijo: menos mal que fuiste a Estados Unidos y me avisaste, porque la crisis realmente ha venido.

Muchas veces son nuestras decisiones las que nos precipitan en crisis imparables. Son nuestros temores los que nos llevan por el camino equivocado. Son los estudios macro-económicos los que nos hacen tomar decisiones micro-económicas que poco o nada tienen que ver.

No digo que no tengamos que hacer caso de lo que estamos viendo, pero pienso que según sea nuestra actitud, podemos salir bien parados de esta crisis, o acrecentarla todavía más.

Yo sólo sé una fórmula para combatir cualquier crisis: trabajar más. Trabajar más inteligentemente, controlar nuestros gastos, pero también asegurar nuestros ingresos y seguir adelante, porque muchas veces, como les sucede a los pájaros, dejar de aletear significa caer. Es el momento de hacer las cosas mejor que como las hemos hecho hasta ahora. Es el momento de que nuestra publicidad sea más efectiva. Es el momento de que nuestros controles de calidad sean más estrictos. De esta crisis algunos saldrán malparados pero otros pueden salir fortalecidos, y nosotros hemos de ser de este último grupo.

Seamos conscientes de que tenemos una crisis, pero no nos lamentemos más. Trabajemos para salir de ella.